La quiropráctica para bebés y niños

Los padres aprecian la importancia de las revisiones dentales, del oído y de la vista de sus hijos, pero olvidan quizás la más importante de todas: la revisión de la columna vertebral. No hay que esperar a que nuestro hijo sienta dolor de espalda para visitar a un quiropráctico.

La primera subluxación de un niño, puede tener su origen en el útero como consecuencia de la posición del bebé en éste. Seguidamente, el proceso del parto, en función de la intervención que se proceda, puede generar interferencias que causen irritabilidad en el sistema nervioso del bebé.

Tampoco hay que olvidar que  los niños pueden sufrir subluxaciones  debido a las caídas, malas posturas, mochilas pesadas, aprender a caminar o ir en bici. Como una caries silenciosa, la subluxación vertebral afecta a todo el organismo del niño sin que a priori se noten los efectos.

Los niños que acuden al quiropráctico van por diferentes motivos:

  • Crecer con salud y prevenir problemas,
  • Cólicos del lactante, otitis media, escoliosis,
  • Problemas respiratorios, problemas de sueño,
  • Tortícolis congénita,
  • Cabeza asimétrica (el bebe mira siempre del mismo lado o quiere siempre el mismo pecho),
  • El bebe llora mucho, reflujos, dolores de espalda y cuello, micción involuntaria, contracturas, ansiedad, mareos, vértigo, hiperactividad, etc.

El cuidado quiropráctico aporta bienestar de forma natural y tiene una función preventiva de suma importancia para la calidad de vida de los niños.