Mordida afecta a la postura

Si tengo mal la espalda, ¿por qué me miras la boca? La mordida afecta a la postura

La mordida afecta a la postura

Muchos pacientes que vienen a Quirosum por síntomas y diagnósticos de columna se sorprenden cuando les decimos que su problema principal está en la boca. Es entonces cuando surge la pregunta: ¿por qué me miras la boca si lo que tengo mal es la espalda? Porque la mordida afecta a la postura. A continuación os explicamos la relación entre mordida y columna.

La columna, como ya sabéis, se organiza y funciona según la percepción que tiene nuestro cerebro de nuestro cuerpo. Se basa en muchas cosas, pero principalmente en la propiocepción.

La propiocepción es el mecanismo por el cual nuestro cerebro sabe dónde están todas las partes de nuestro cuerpo sin referencia visual. Cada articulación tiene unos receptores que se llaman mecanorreceptores, que mandan información constante para que nos podamos organizar en el espacio. Esto marca nuestra postura y cómo nos movemos.

Aunque todas las articulaciones tienen mecanorreceptores, algunas tienen mucho más. La columna (sobre todo las cervicales), la mandíbula y los pies son las que predominan sobre todas las demás.

Por eso si tenemos un problema en la mordida, en la manera que contactan nuestros dientes, esto puede hacer que la información que manda nuestra articulación temporo-mandibular (ATM) altere esta percepción de nuestro cerebro, obligando a que nuestra columna y el resto de articulaciones compensen este problema. Cuando esto ocurre pasamos a tener una postura muy alterada y con músculos intentando compensar este desequilibrio.

Los problemas de mordida se ven muy agravados por el bruxismo, esa tensión que nos hace apretar los dientes, requinándolos o no, y que provoca que nuestra ATM trabaje aún más de lo que debiera mandando más estímulo a nuestro sistema nervioso.

El bruxismo puede ser tensional/emocional o también puede estar causado por problemas dentales. Pero está claro que en esta sociedad donde el estrés es nuestro acompañante diario, las tensiones en la boca son mucho más comunes de lo que debieran. Además todo se agrava por la falta de masticación, ya que tendemos a comer alimentos blandos que no nos permiten recibir la estimulación para la que nuestra mandíbula está diseñada.
Según la mordida de cada persona, se puede prever qué musculatura es predominante (sobre todo en las cervicales) y cómo se posiciona la cabeza con respecto a la pelvis. El resultado puede ser que el peso se cargue más sobre la parte anterior o posterior de los pies, con todo lo que este supone en todas las estructuras intermedias, cuello, hombros, columna dorsal y lumbar, caderas, rodillas, etc.

Tener un problema de mordida no es sinónimo de tener la columna mal; de hecho, aún se desconoce por qué afecta a unas personas mucho más que a otras. Por eso hay que saber analizar en qué casos es importante tratarla y en cuáles no, desde el punto de vista que nosotros tenemos, que es devolverle a la columna el equilibrio perdido. Las razones odontológicas las debe evaluar un dentista.

Este es un tema muy complejo que llena congresos y al que hemos dedicado innumerables horas de estudio, pero hemos querido explicarlo de manera que la mayoría de personas lo puedan entender.

Hemos diseñado la siguiente imagen para que podáis apreciar a grosso modo las principales alteraciones que la mordida genera en nuestro cuerpo. Solo hemos analizado un plano, el anterior-posterior, aunque hay muchas más clasificaciones y tipos en otros planos. En la imagen se ven las tres posiciones en las que nuestra mandíbula contacta con nuestro maxilar, o lo que es lo mismo, cómo los dientes de arriba muerden con los de abajo. Y según se posicionen, el resto del cuerpo va a organizarse.

Mordida afecta a la postura

En la clase II que veis en la imagen la carga del peso es anterior a los pies y como resultado de esta postura, es común ver síntomas como dolor cervical tanto alto como bajo, problemas de hombros como dolores o limitación de movimiento, dolores radiculares u hormigueo en las manos, dolores de rodillas, limitación o dolor lumbar…

En la clase III, carga posterior a los pies, también pueden aparecer muchos síntomas: dolor de cabeza, pérdida de movilidad o dolor cervical, dolor lumbar, gran pérdida de movilidad en la pelvis generando diferentes molestias en la zona, dolor en los talones e incluso espolones como resultado de aumento de carga en la parte posterior del cuerpo durante años.

Cada vez somos más los profesionales sanitarios que sabemos que el cuerpo no se puede dividir en partes y que donde se sienten los problemas puede no tener nada que ver con dónde está la causa de los mismos.

En Quirosum tenemos el compromiso de ayudaros con la mejor herramienta que sabemos, la quiropráctica. Pero también somos conscientes de que un trabajo multidisciplinar es fundamental para encontrar el equilibrio que tanto necesitamos.

Etapas del desarrollo psicomotriz del bebé: la importancia de los primeros dos años de vida

El desarrollo psicomotriz del bebé en sus primeros dos años de vida marca su postura, coordinación y movilidad para siempre. Nacemos solo con el 25% de nuestra función cerebral, y eso nos confiere una gran capacidad para adaptarnos al medio en el que vivimos, pero también nos hace tremendamente dependientes y muy vulnerables durante las primeras etapas.

En los dos primeros años de vida del bebé es cuando más se desarrolla nuestro cerebro y donde el 90% de este desarrollo se basa en el movimiento, en pasar de una columna que no se sostiene ni aguanta el propio peso a ponernos de pie, andar y correr. Y todo este proceso está muy bien organizado y calculado por el cerebro.

Nacemos sin movimientos voluntarios (lo que le hace a los bebés cerrar el puño cuando le tocamos la palma de la mano son los reflejos primitivos con los que nacemos) y conforme vamos creciendo estos reflejos deben ir desapareciendo para dar lugar a los movimientos voluntarios: girar la cabeza hacia mamá, levantar la vista cuando oímos a alguien conocido, etc. Pero para que nuestros bebés inhiban esos reflejos y desarrollen su espalda hasta ponerse rectos deben seguir un orden, como subir unas escaleras escalón a escalón.

Desde Quirosum insistimos siempre en la importancia del movimiento en el desarrollo, que los bebés estén en un ambiente seguro que les permita moverse. Por eso vamos a explicar a continuación cuáles son las necesidades de cada etapa y qué podemos hacer en casa.

Apego: etapa de 0 a 2 meses

bebé apego

En esta primera etapa las necesidades del bebé son muy básicas: dormir, comer, digerir y hacer caca. Parece fácil, pero para realizar estas tareas el Sistema Nervioso (SN) debe estar en equilibrio. Los bebés no son nerviosos, pero sí pueden tener un sistema nervioso un poco más en alerta de la cuenta dando lugar a muchos síntomas: cólico del lactante, alteración de la succión, llanto inconsolable, estreñimiento, disquecia del lactante (incomodidad o incluso llanto antes de hacer caca), etc.

Es muy importante que reciba ajustes quiroprácticos para que su SN esté en reposo y no en alerta, para devolverle su equilibrio y que estos síntomas disminuyan o desaparezcan. Un bebé debe estar tranquilo, mamar sin dolor, hacer caca sin esfuerzo y, sobre todo, su cuerpo debe estar relajado. Puede parecer una utopía, más en estos meses tan complicados que estamos viviendo, pero es verdad. Lo normal es que los bebés estén bien y si no lo están, hay que analizar qué pasa.

De vital importancia en estos dos primeros meses es el contacto materno. Los bebés no solo crecen por la cantidad de leche que ingieren, sino también por el contacto emocional con la madre. Es una etapa donde madre y bebé se conocen y se van adaptando a la nueva vida. La madre debe poder dedicarse a entender las necesidades de su bebé, sin estar tan pendiente de la casa o de hacer la comida. Cuidar a la madre es cuidar al bebé también.

Este contacto es el comienzo de una relación madre y bebé segura y de confianza. El tacto y el olfato son los sentidos que tiene más desarrollados en estos momentos, así que sentir y oler a su madre es una necesidad fisiológica y la única manera de sentirse seguro. Aquellas madres que desean dar el pecho y tienen problemas, os animamos a que consultéis a profesionales que os puedan ayudar. Hay pediatras, matronas y asesoras de lactancia muy preparados que os harán las vida más fácil.

Una característica de esta época es la forma de la columna. Cuando nacemos está en forma de C, no sostenemos nuestro peso, por lo que la mejor postura es en brazos, tumbado boca arriba y porteo ergonómico para esta edad.

La cabeza la empezamos a controlar ‪a partir de las dos‬ semanas o un mes. Controlar significa moverla voluntariamente, no ponerla tiesa o echarla hacia atrás con fuerza. Estos son movimientos reflejos que nos indican que tenemos tensión en las cervicales que debemos tratar para la correcta formación de nuestra columna.

Otros síntomas que nos indican que el bebé necesita un ajuste de columna es que prefiera un pecho a otro, que mantenga la cabeza girada más hacia un lado que hacia el otro, que ‘le gusten las luces’ (cabeza en extensión), que ponga el cuello recto antes ‪de las dos‬ semanas o que parezca que tiene mucha fuerza en las cervicales. Todo esto puede indicar una musculatura más tensa de lo que debiera. Que un bebé parezca que está fuerte solo indica que su tono muscular está más activado.

Boca arriba: etapa de 2 a 4 meses

bebé boca arriba

Entre los 2 y 4 meses nuestro bebé ya interactúa, sonríe cuando le hablamos y empezamos a entendernos. Ya sostiene bien la cabeza cuando lo tenemos en brazos, empezando a formarse la curvatura del cuello, la lordosis cervical.

Aquí empieza la importancia de crear un ambiente óptimo para el desarrollo del movimiento. Aún pasa más horas en brazos y/o dormido, pero debemos ponerlo en periodos cortos en el suelo boca arriba. El tiempo va según la tolerancia del bebé, debe estar tranquilo y contento, si llora lo cogemos y así todas las veces al día que podamos.

¿Dónde lo ponemos? En el suelo. No nos cansaremos de decirlo, el suelo es el lugar más seguro, desde el que no se cae. No hay que hacerlo ni en la cama ni en el sofá, primero porque en altura es peligroso (de ahí si se puede caer) y segundo porque la superficie ha de ser dura, en superficies blandas no puede desarrollarse igual.
bebé giro lateral
Empieza a ponerse de lado, desde boca arriba hasta darse la vuelta. Esto se produce estando en el suelo, el uso de hamacas o carrito es un tiempo en el que el bebé no recibe estímulo, ya que no puede moverse libremente. Cuanto más tiempo pase en el suelo y menos en dispositivos más se va desarrollando las capacidades de movimiento.

Esto no significa que sea ‘malo’ ponerlo en la hamaca o en el carrito, sino que tenemos que saber que mientras esté ahí disminuye en gran medida su estimulación. Lo que sí es importante es que tanto en la hamaca como en el carrito la espalda del bebé siempre esté tumbada paralela al suelo, no debemos reclinar ni levantar el apoyo, ya que esto hace que su columna soporte mucho más peso del que puede y cambia su referencia de apoyo.

También nos gusta recordaros que la espalda no se desarrolla solo en extensión (hacia atrás), sino en todos los rangos de movimientos, y una espalda fuerte es un abdomen fuerte, un tronco fuerte. Por eso esta etapa boca arriba con las piernas semi-flexionadas es el principio de una espalda resistente.

Boca abajo: etapa de 4 a 6 meses

bebé

El bebé debe ponerse boca abajo cuando tenga la fuerza para girarse y hacerlo por sí solo. Es decir, lo dejamos en el suelo boca arriba para que tenga que girarse y fortalezca todo el tronco. Cuando lo hace por sí mismo adquiere la fuerza para estar cómodo boca abajo y descubre una nueva perspectiva del mundo, observa mucho mejor el entorno y va jugando con la columna totalmente arqueada hacia atrás. Si os fijáis es la misma C con la que nace la columna pero al revés, permitiendo que se fortalezca la espalda entera.

Luego comienza a desplazarse dando vueltas (como un reloj) y estira las piernas, señal de que las rodillas aún no se flexionan para dar paso al gateo y tiene que seguir desarrollando habilidades para que este se produzca.

En las últimas décadas hemos pasado de poner al bebé boca abajo desde el nacimiento a las recomendaciones actuales que debe permanecer boca arriba. Esto ha provocado que muchos bebés no desarrollen esta fase correctamente y haya un retraso generalizado del desarrollo. No por la postura, sino porque lo hacemos en espacios donde no se permite el movimiento (cunas, maxi-coxis, hamacas, carritos atados, tronas, etc.). Siempre que esté vigilado por un adulto y la situación lo permita, el bebé debe estar en un espacio de al menos 2×2 metros para poder girarse y moverse. La fuerza y control de la columna comienza activando los rotadores (músculos de ambos lados de la columna) y luego los extensores.

Por eso creemos que parte de la falta de desarrollo de fuerza y movilidad de la columna se debe a la disminución del tiempo en un espacio que permita el libre movimiento, y no al cambio a la postura boca arriba actual.

Gateo-sentado: etapa de 7 a 10 meses

bebé pre-gateo
En esta etapa se producen varios hitos del desarrollo como reptar, gatear y empezar a experimentar la verticalidad, sentarse.

El reptar es el pre-gateo, cuando comienza a mover los brazos con las piernas y se genera el patrón cruzado. Es la primera vez que ambos lados de nuestro cerebro aprenden a coordinarse y eso dará lugar a muchas otras funciones de nuestro sistema nervioso que nos serán necesarias tanto para leer o escribir como para la coordinación en nuestra edad adulta.

Cuando hayan hecho muchas veces el giro completo (la croqueta) empiezan a flexionar las piernas dando lugar al gateo completo. Justo en esta etapa, después de haber trabajado la faja abdominal, pasan de la posición de cuatro patas a sentarse.

Una vez se sienta por sí mismo, ya podemos incorporar la sillita del carro para que vayan sentados, aunque siempre que sea posible los bebés deben seguir en el suelo para gatear durante los próximos meses. No debemos sentar a nuestro bebé hasta que se haya sentado por sí mismo/a.

Los que venís a Quirosum sabéis que el gateo es una parte fundamental del desarrollo de la columna, la postura y la coordinación de nuestra biomecánica. Si vuestro bebé no gatea o se desplaza sentado hay que ver qué fase se saltó y volver a fomentarla hasta que lo haga. Nunca un bebé pasa de tumbado a sentado o de pie sin pasar por el gateo de manera natural, su cerebro viene programado para pasar por todas las fases.

Apoyo: etapa de 10 a 16 meses

bebé apoyo
Al poco tiempo de empezar el gateo empieza a ponerse de pie agarrándose a cosas que se lo permitan a su alrededor. Esto no significa que el bebé esté preparado para andar ni que debamos cogerlo de la mano para alentarlo a hacerlo. Es importante que sea el bebé el que se agarre a un punto que siempre debe ser fijo (muebles, barandilla, pared…) y que este no se mueva (personas, correpasillos, carritos, etc.), porque desplaza el punto de gravedad fuera de su cuerpo y dificulta el desarrollo del equilibrio. Y aún no necesita zapatos.

Ponerse de pie nada tiene que ver con que esté empezando a andar, una cosa es la bipedestación (andar sobre los pies) y otra es la marcha, andar.

En esta etapa es cuando empezamos a probar la postura erguida y vamos corrigiéndola y reposicionándonos con el espacio por primera vez sobre nuestros pies. Esto se lleva a cabo durante meses, alternándolo con el gateo, que sigue siendo la manera de desplazarnos.

Primeros pasos: etapa de más de 16 meses

bebé primeros pasos
Un bebé que ha completado todas las fases anteriores comienza a andar por sí mismo y tiene una marcha estable, con las piernas y la espalda recta. Si alguno de estos signos no son correctos debemos analizarlo. Ahora que ya anda, podemos ponerle zapatos.

Hasta los 16 meses es totalmente normal no haber comenzado a andar, una minoría lo hace al año y la media está en 14 meses. Si estamos acostumbrados a verlo antes es porque hemos intervenido, creyendo que le ayudamos, pero haciendo totalmente lo contrario. Poniéndolos a andar aumentamos las alteraciones en la postura, disminuimos su equilibrio y por lo tanto un bebé que empieza a andar cuando no está preparado se cae mucho.

Si queremos que nuestro bebé tenga una columna y un sistema nervioso sano, lo único que tenemos que hacer es proporcionarle un espacio para andar y no intervenir en el proceso. No hay que enseñar a los niños a andar, la mayoría de las alteraciones que vemos a esta edad son creadas por nosotros mismos.

El primer año es cuando más crecemos, cuando más se desarrolla nuestro sistema nervioso y la base de la salud de nuestra estructura para el resto de la vida. No esperemos a que tengan problemas para cuidar de nuestros hijos, llévalo al quiropráctico y ayudémosle a crecer en salud.

Aunque hemos establecido franjas de edades, os recordamos que estas no son nada importantes. Una vez más hacemos hincapié en que no es importante cuándo hace cada cosa, sino que se respeten los ritmos del bebé y no se le ponga en ninguna postura o acción que no pueda hacer por sí mismo, como sentarlo antes de que se siente o ponerlo a andar. Esto sí que puede crear problemas que el bebé no tiene, dejémosle moverse a su ritmo, proporcionando un espacio seguro y abierto.

dolor de espalda

Dolor de espalda, ya me han dicho lo que tengo, ¿qué significa?

Dolor de espalda, ya me han dicho lo que tengo, ¿qué significa?

Los dolores musculoesqueléticos y sobre todo el dolor lumbar son desde hace muchos años unas de las primeras causas de baja laboral en España y también uno de los motivos principales de consultas sanitarias. La medicina ha avanzado mucho, pero los resultados de estas dolencias no han mejorado ni a corto ni a largo plazo, sino todo lo contrario. Con la quiropráctica muchas personas sienten alivio en el dolor de espalda porque no tratamos la zona de dolor, sino la causa del mismo.

¿A qué se debe que el tratamiento y pronóstico del dolor lumbar no hayan avanzado en décadas? Probablemente sea porque no se está mirando el problema como lo que es, un problema global, de múltiples causas y muy distintas variaciones. Desde que tenemos acceso a pruebas de imagen muy avanzadas, en las que se puede apreciar la zona de dolor cada vez con más detalle y precisión, lo podemos ver prácticamente todo.

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Cuando alguien tiene dolores de espalda se le pide una radiografía y luego una resonancia, esperando que nos den la respuesta a nuestro problema, que suele ser hernia de disco o degeneración (artrosis) pero, si tenemos las técnicas de imagen más avanzadas y podemos evaluar la zona de dolor, ¿por qué no nos sirven para mejorar el tratamiento? ¿Es esto fiable? Los datos demuestran que no, que está muy lejos de ser una herramienta que nos ayude en la mayoría de los pacientes, te explicamos por qué. 

Hay decenas de estudios que han demostrado que entre el 40% y el 75% de los pacientes SIN dolor lumbar tienen hernias de disco. Y el 30% tiene más de una. Lo repetimos: al menos la mitad de las personas que no han tenido dolor de espalda (que son menos del 20% de la población) tienen hernias discales. Este dato, que ya es llamativo de por sí, nos dice mucho más, nos dice que cuando buscamos la causa de nuestros problemas y encontramos una hernia discal puede que esta no sea la causa de nuestros dolores, sino un síntoma más de que nuestra columna no esté trabajando correctamente. 

Se habla mucho de los discos intervertebrales, pero ¿cómo son? ¿Para qué sirven? 

Los discos son unas estructuras con consistencia de gel muy muy resistente. A pesar de que la mayoría tengamos los discos tocados, aún no se ha conseguido (y llevamos décadas intentándolo) crear ningún material que pueda resistir una presión parecida a la que soportan nuestros discos en la columna

Los discos son un 80-90% de agua, con lo que un cuerpo deshidratado también hace que nuestros discos lo puedan estar. Pero a veces, aunque bebamos mucha agua, nuestros discos están deshidratados y aparecen con un color gris oscuro en la resonancia que nos lo indica. 

¿Por qué se deshidratan? Porque los discos no tienen vascularización, es decir, no le llegan ni arterias ni venas que les lleven el agua y demás nutrientes, sino que se ‘hidratan’ por un sistema que se llama imbibición, que es un bombeo intercambiando fluidos por el movimiento. Por lo que si un disco está deshidratado lo primero que nos indica es que esa zona no se mueve bien, está bloqueada. 

Un disco que pierde su ‘altura’ y su consistencia no puede realizar su principal función, amortiguar las cargas. Cuando esto se produce durante años se va dañando y al final se produce la primera fase de la hernia discal, la profusión. Si no se cambia nada es cuestión de tiempo que vaya avanzando hasta una hernia más grande llegando a una extrusión discal

¿Por qué te contamos esto? Si hemos dicho que las hernias son ‘normales’ y que no son la causa principal de los dolores de espalda. Desde Quirosum te lo explicamos. Que la mayoría de la población tenga problemas en los discos no significa que sea normal, sino común. Y tener un disco mal no da igual, nos indica que la columna no está funcionando bien, es decir, es un síntoma más del problema, no la causa de él. Por eso cuando alguien tiene dolores de espalda, no hay que buscar el problema de forma aislada, sino estudiar el funcionamiento de ese cuerpo y ver qué está pasando, qué es lo que nos ha llevado ahí. 

Esto es un análisis complejo y con innumerables variables, ya que cada cuerpo es único y se ha compensado de manera única. Es por eso que no podemos encasillar a las personas en diagnósticos. Aunque estos nos ayuden, tenemos que ver el conjunto, verlo como un todo y restablecer su funcionamiento para que su columna recupere su equilibrio.

Esto es lo que hacemos los quiroprácticos. Por eso cuando la gente acude a nuestra consulta porque a X persona que vino le hemos curado su hernia discal, siempre decimos lo mismo: nosotros no curamos las hernias, la quiropráctica elimina las interferencias de nuestro cuerpo para que este recupere su vitalidad y con ellos los dolores suelen desaparecer.  

Otra creencia que ha cambiado con las pruebas de imagen es que las hernias de disco se curan. Los estudios muestran que entre el 50-80% del tejido herniado se reabsorbe y eso sin tener en cuenta ningún tratamiento.

Leyendo esto seguro que has pensado en ese familiar o amigo al que le suele doler la espalda: la quiropráctica puede ayudar en los dolores de espalda, pero lo más importante de esta información es que entendamos que ni lo que sale en las pruebas ni el dolor son signos de que empezamos a tener la espalda mal. Estas cosas aparecen después de años de desequilibrio de la columna y por eso debemos cuidarla siempre, desde que nacemos, mucho antes de que los problemas aparezcan. Recuerda que es mucho más fácil mantener la salud que salir de la enfermedad.

 

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Text neck o cuello de texto

El síndrome provocado por el uso excesivo de teléfonos móviles

Text neck o cuello de texto

¿Tienes la costumbre de agachar la cabeza para leer el móvil? Probablemente sí porque esta mala postura durante el uso de dispositivos electrónicos se ha convertido en un mal común que provoca graves consecuencias en nuestra musculatura. Su nombre es text neck o síndrome de cuello de texto, es decir, un dolor del cuello, cabeza y hombros causado por la posición hacia delante y hacia abajo de estas partes de nuestro cuerpo que ejercen una fuerte presión sobre la columna vertebral

Las principales dolencias que presenta esta patología son cefalea, cervicalgia (dolor de cervicales) y dolor en los hombros. La cabeza de un adulto pesa entre cuatro y cinco kilos, pero al inclinarla unos 60 grados para mirar la pantalla de cualquier dispositivo, le añade una presión de casi 30 kilos a las vértebras cervicales.

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Pero el text neck no solo afecta al cuello, como ya sabemos todo está conectado por lo que  el desequilibrio se reparte por toda la columna creando disfunciones en todo el cuerpoComo ilustramos en la imagen, aumenta la cifosis dorsal (también conocida como “chepa”), bloquea el movimiento lumbar, y la parte baja de la espalda e inhibe la activación muscular del abdomen tan importante para la estabilidad. Pero, ¿cómo repercute todo esto en el resto del cuerpo? El cuello de texto puede provocar, por ejemplo, disfunción respiratoria debido al dolor crónico que los pacientes experimentan alrededor del cuello. También el sistema digestivo se ve comprometido debido a esta postura incorrecta del cuerpo. Pueden aparecer problemas de tránsito, molestias gástricas, digestiones pesadas, etc. Además, al inclinarse para poder leer letras pequeñas se pueden producir fatiga visual y otras alteraciones de la visión.

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Una de las preocupaciones más recientes son los muchos casos de niños que ya presentan síntomas de este problema. El prematuro acceso a este tipo de tecnologías, su mal uso y/o abuso hace que cada vez sean más los que padecen este tipo de problemas posturales que afectarán a su salud durante el resto de su vida.

Además, la situación en la que nos encontramos actualmente por el coronavirus no ayuda. Las estadísticas ratifican un incremento exponencial en el uso de smartphones durante la cuarentena. Según un análisis de la plataforma de seguridad y bienestar digital para las familias Qustodio, la actividad online de los menores españoles ha aumentado un 180% desde que comenzó el estado de alarma.

Niños y jóvenes ocupan su tiempo con los dispositivos móviles y no solo para relacionarse con amigos o jugar, sino también para hacer las tareas de clase. Por eso es tan importante tomar nota de estos consejos para mejorar la postura con los dispositivos:

  • En lugar de doblar el cuello para leer o escribir en el móvil, se recomienda mover los ojos para mirar hacia abajo, manteniendo el cuello en una posición neutral.
  • Si estás escribiendo un mensaje sentado en el sofá o en la cama, asegúrate de que el cuello y la espalda estén bien apoyados con cojines o almohadas.
  • Evita daños en la vista aumentando el tamaño de la fuente en tu dispositivo.
  • Tómate un descanso cada 15 minutos, para mirar hacia arriba y llevar el cuello a una posición neutral.
  • Realiza movimientos de cuello cada cierto tiempo, moviendo la cabeza hacia un lado y otro y luego en círculos, lentamente y mientras respiramos pausadamente.

Está claro que en la era digital es nuestro cuello el que sufre las consecuencias de una mala posición. La solución es sencilla: levantar la pantalla del teléfono y colocarla a la altura de la cabeza. Así no forzaremos la postura porque levantaremos los ojos y, por tanto, también los hombros y el cuello.

 

Bebés descalzos: más inteligentes y sobre todo más felices

Bebés descalzos: más inteligentes y sobre todo más felices

Las únicas funciones que tienen los zapatos son la higiene en superficies sucias (como la calle) y la protección ante posibles daños y rozaduras. Por lo demás, nuestros pies están diseñados para ir descalzos.

Esto es importante en todas las etapas, pero mucho más en las del desarrollo del pie, donde es necesario que se fortalezcan los músculos del pie con su repercusión en el resto del cuerpo y también que se desarrolle una buena percepción motora y sensorial para el resto de la vida. Los bebés descalzos desarrollan mejor su inteligencia.

Encontramos que el movimiento físico y el estímulo sensorial del bebé a través de los pies descalzos es factor de aceleración de maduración, del desarrollo propioceptivo y del desarrollo intelectual del niño”, afirma la pediatra Isabel Gentil García, profesora de la Escuela Universitaria de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad Complutense de Madrid, tras realizar un estudio.

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Desde el punto de vista del desarrollo neurológico y de la sensibilidad táctil, los pies del recién nacido tienen una sensibilidad mucho más fina que la de la mano hasta los 8-9 meses. Por ello en los primeros meses los pies tienen una función esencial: informar del mundo exterior al bebé, que toca con ellos todo lo que tiene a su alcance, los manipula con sus manos y los lleva a la boca, donde las terminaciones nerviosas sensitivas son mayores.

Esto enriquece no solo yendo descalzo, sino ofreciendo diferentes texturas, materiales y terrenos irregulares, como pueden ser el jardín, la playa, etc. Por eso cuando hablamos de ir descalzos, también nos referimos a usar calcetines lo menos posible, ya que esta percepción sensorial también disminuye con estos.

A partir de los 9 meses el pie de forma gradual pierde este tipo de sensibilidad y se inicia otra más profunda, la sensibilidad propioceptiva, que es la que nos va a ayudando a formar el equilibrio y dará lugar a la postura de andar erguidos. Esto es muy importante para adquirir buenos hábitos posturales, como la pisada, y también para potenciar el desarrollo de su sistema nervioso, cosas que nos acompañarán el resto de nuestra vida.

Puede que ya tengas claro que andar descalzo es necesario y mejor sin calcetines, pero ¿se va a poner malo?, ¿los virus no entran por los pies? La respuesta es rotunda: NO, los bebés no se ponen malos por ir descalzos y los virus no entran por los pies, sino por las vías respiratorias. Sabemos que esto no va a convencer a las abuelas, así que mientras podáis DEJAD A LOS BEBÉS DESCALZOS.