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La Quiropráctica y los Niños

A menudo, cuando un bebé entra en una consulta de quiropráctica, las personas que están en la sala de espera te miran y te pregunta, ¿qué le ha pasado? ¿por qué está aquí?.

La primera idea que nos viene a la cabeza es, tiene 1 mes, 2 meses o solo 3 días de vida, qué problema puede tener ese niño en la columna.

Mi intención hoy es responder algunas de esas dudas y sobre todo intentar transmitir la importancia de la quiropráctica en los más pequeños.

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La Quiropráctica y los bebés

Como todos sabemos dos células se unen un día y se multiplican repetidas veces hasta crear la perfección de un ser humano. Un ser pequeñito que día tras día ha ido desarrollandose sin que sus padres hayan tenido que invertir tiempo para que lo haga. Quiero decir, ninguna noche esos papas han estado bien concentrados en ayudar a la formación de las manos, los pies o el corazón. Este bebé perfecto se ha creado sólo. Existe una inteligencia en nuestro cuerpo que desde el primer minuto que dos células se unen comienza a trabajar y nos acompañará el resto de nuestra vida. Esta inteligencia sin la mamá darse cuenta, estará trabajando día y noche para, en 9 meses, tener listo este pequeño ser.

Tal y como os comentaba, esta inteligencia, llamémosla inteligencia innata (porque está presente desde antes de nacer), seguirá ayudándonos día a día a adaptarnos al medio. Es la misma que relaja los latidos de tu corazón antes de dormir la siesta o los acelera si tienes un león pisándote los pies.

Volvamos al bebé. Durante 9 meses, será una esponja. Absorberá no sólo los nutrientes de su madre sino también las emociones que sienta, miedo, inseguridad o alegría, ilusión y una larga lista de etcéteras.

Además se adaptará a vivir en el útero de su madre, cosa que al principio, cuando es del tamaño de una nuez será bastante cómodo pues vive en una suite, pero a medida que vaya creciendo este espacio se irá haciendo más y más pequeño y en función de si la pelvis está bien equilibrada o no, el bebé podrá encontrarse en un lugar bastante incómodo.

Estrés

En este pequeño párrafo habéis presenciado los tres tipos de estrés que tanto nos importa a los quiroprácticos y que son la causa principal de las subluxaciones. Estrés físico, químico y emocional.

  1. En el bebé el estrés físico principalmente se caracteriza por su posición en el útero. No es sólo si está cabeza arriba o cabeza abajo. Se relaciona con la tensión que tiene su mama en los ligamentos de la pelvis, que pueden tensar el útero en diferentes zonas, provocando cierta torsión que no permite al bebé estar cómodo.
  2. El estrés químico en primer lugar vendrá por todos los alimentos que la mamá ingiera. Con esto es importante entender que el embarazo debería ser una época en la cuidásemos bien lo que tomamos porque el bebé lo va a recibir todo. Evitar los refinados, comer verduras, frutas todo lo más ecológico posible, e intentar dejar de lado bebidas con azúcares y ni que decir tiene el tabaco. Todo cuanto ingieras puede provocar un estrés sobre este bebé.
  3. Por último el estrés emocional, cuanto sientas durante el embarazo el bebé lo va a sentir como suyo propio. La conexión del cordón umbilical no es sólo física y química también es emocional. Hasta ahora hemos estado dentro del útero materno y aun así ya podemos encontrar suficiente estrés en un pequeñ@ que todavía no ha nacido.

Empecemos el parto.

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Amaya Alonso – Quiropráctico

Hay muchas formas de parir, unas respetarán más a la mamá y al bebé que otras, sin embargo la mejor elección es aquella que haga sentirse segura y bien a la madre, puesto que eso es lo que transmitirá al bebé.

Durante el proceso del parto, las contracciones que siente la mamá también las siente el bebé, no tanto en forma de dolor como de presión. Estas contracciones van a modificar y provocar una apertura del útero pero a su vez van a bajar y girar al bebé para que éste pueda pasar por el canal del parto y que así pueda llegar a esta nueva vida que le espera.

Durante el proceso del parto, el cráneo se va a modelar tanto que una parte del cráneo literalmente se puede montar sobre la otra  (de ahí a que cuando los bebés son pequeños tengan una parte blandita en el centro de la cabeza, las fontanelas), esto permite esa movilidad del cráneo para hacerse paso por unos 10 cm de dilatación de útero.

Si este proceso de dilatación – contracciones y modelación del cráneo tiene lugar en un parto no medicalizado (con esto no quiero decir sin atención médica, quiero decir sin intervención)  , se respetarán los tiempos de dilatación, contracción y modelación. Es decir la mamá podrá dilatar tranquila hasta el momento en que la cabeza del bebé “corone” el cuello del útero y tenga lugar la expulsión.

Si por el contrario en el parto por ejemplo intervienen medicamentos como la epidural, o la oxitocina los procesos de contracción- dilatación y modelación se alteran.  A veces estos partos cuyos tiempos naturales no se respetan, acaban con el uso de  instrumental para conseguir “sacar al bebe” como las ventosas o los fórceps, si no es una cesárea.

Con o sin intervención, el chequeo del cráneo del bebé es imprescindible puesto que esta carcasa dura formada por los huesos del cráneo se encarga de proteger al sistema nervioso de nuestro bebé, por ello asegurarnos de que su forma, movilidad y funcionamiento son correctos es muy importante.

No obstante si el bebé ha nacido con alguna de las intervenciones anteriormente citadas, más que nunca es importante chequear su columna, cráneo y con ello la correcta función de su sistema nervioso.

Sólo como dato informativo. En la base del cráneo hay muchos agujeritos por los que entran y salen nervios, venas y arterias.

Uno de ellos se llama foramen  yugular, a través de el pasa una vena y tres nervios a cual más importante, son los llamados pares craneales y por este pequeño agujerito pasan el nervio glosofaríngeo (IX), vago (X) y espinal (XI). Para que tengáis una idea el IX principalmente controla los músculos de laringe y faringe, los que se encargan de tragar, ¿habéis escuchado alguna vez que un bebe no puede mamar bien ?… el X se encarga del control de las vísceras abdominales, qué me decís de los cólicos, ¿habéis escuchado hablar de algún bebe con cólico? … por último el XI se encarga de la musculatura del cuello como los esternocleidomastoideos o los trapecios…¿bebés con tortícolis?

Con este dato quiero que veáis la importancia que puede tener un mal funcionamiento del cráneo del bebe y de las primeras cervicales en los primeros días, semanas, meses de su vida. Puesto que cualquier mínima alteración de esta biomecánica, repercute directamente en la función de su sistema nervioso.

Con esta pequeña explicación del cráneo quiero que entendáis la importancia del sistema nervioso libre de interferencias, que en los adultos es muy muy importante, pero que a menudo la dificultad de adaptación de nuestro cuerpo y algunos de los problemas que encontramos en adultos, son problemas que vienen desde nuestro nacimiento y que al dejarlos ahí 10, 20, 30, 40 o 60 años hacen que sea más difícil para nuestro sistema nervioso adaptarse al medio en que vivimos.

La quiropráctica trabaja con el buen funcionamiento del sistema nervioso, un sistema sin interferencias ¡ siempre siempre va a funcionar mejor que uno que las tenga!

Mi recomendación a día de hoy como quiropráctica y algún día como madre, es que encontréis un quiropráctico y chequeéis a vuestro bebé. Que entendáis que crecer con un sistema nervioso 100% funcional sin interferencia alguna, es calidad de vida, que si estás embarazada, es un momento de máxima importancia en el que necesitas un equilibrio de tu pelvis para que tu bebé esté cómodo y si no lo estás pero estás leyendo esto, seguro que conoces a un prim@, sobrin@ o vecin@ que puede venirle bien esta información.

Como frase final me quedo con la que he leído esta mañana y me ha impulsado a escribir ” más vale criar niños sanos hoy, que tratar adultos enfermos mañana”.